Todavía no puedo creer que tengo
amigos en Facebook que cuentan que vinieron chicos a su casa pidiendo
caramelos, disfrazados atroces monstruos como hombres lobo, brujas, zombies,
Anamá Ferreyra, momias, vampiros y demás.
Desde ya les aclaro a los padres
de mis vecinos, si es que leen esto, que NI EN PEDO van a recibir algo dulce si
vienen a manguear a casa por motivos de Halloween. Hay que ser un padre muy
débil de cerebro cabeza de tortuga reemplazable por la TV potencial cornudo para
permitir o, lo que es peor, alentar, que los chicos sigan este tipo de
costumbres.
Ver que hay familias que se
prenden en este tipo de festividades paganas me enerva y pone de muy mal humor.
Aún peor (y acá muestro la hilacha y doy pruebas de ser tan contradictorio como
la gente de la que me quejo siempre), también me molesta la gente que se rasga
las vestiduras diciendo que el Halloween es una fiesta importada de los Estados
Unidos y que no debe seguirse en nuestro país.
Mi vida, usted, querida madre de
familia cristiana que escupe espuma hablando de los rituales del demonio
ocultos en ver niños disfrazados de monstruos en clara (por lo menos para
usted) alegoría a la adoración del Diablo, ¿no recuerda que el cristianismo
también es un conjunto de costumbres y creencias importadas de Europa?
Porque si vamos al caso, si nos
quejamos de que se traen vía televisión rituales de Norteamérica, también
tendríamos que estar en contra de estructuras culturales y, especialmente,
religiosas, copiadas y pegadas desde el viejo mundo en América Latina. Si nos
la vamos a dar de defensores de la cultura local, como hacemos cuando llega el
Día del Respeto a la Diversidad Cultural (o Día de la Raza, como quieran
llamarle), hablando mierda de los colonizadores españoles como si nos vistiéramos
con ropa hecha en telares rústicos y adoráramos al sol, la tierra y el viento,
me parece que también tenemos que quejarnos de otras festividades traídas del
exterior como la Navidad Navidad, el carnaval, el día de los santos inocentes,
Y DE TODA LA RELIGIÓN CRISTIANA EN GENERAL.
Yo acá no veo a nadie que rinda
culto a Quetzalcñóatl o divinidad precolombina local ni veo a gente que tenga
patrones de comportamiento (incluyendo de consumo) enteramente americanos. Veo,
en cambio, iniciativas civiles cristianas que saltan como el COMFER ante la
mostrada de chuchi de Cinthia Fernández diciendo que el jálogüin es una cagada
y que no debe hacerse.
Un poco de sentido común, por favor.
Si es jálogüin salgan de joda, júntense a ver películas de terror, miren videos
de fantasmas en Youtube, peguen fotos de Anamá Ferreyra en lugares escondidos
de la casa para asustar a los familiares, pero no se vayan tan al carajo como
para dejar a los chicos pedir caramelos en las calles. ¿Mirá si pasan por la
casa de un vecino que quiere ser su amigo y la próxima vez que ven a sus chicos
sea en un freezer?
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