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jueves, junio 23, 2011

Excusas para no estudiar.

 Como dijo mi amigo Paulo Coelho (o Cohelo, o Cojhelo, ya ni sé cómo se escribe), “Cuando uno desea algo, el Universo conspira para que las cosas salgan para el soberano orto”.

Es por eso que en base a mi situación actual hago una lista de compras en base a las cosas que suelen pasar cuando uno está obligado a estudiar.


Todo lo demás es más interesante, incluso la cosa más pelotuda que pueda haber. Desde limpiar el fondo de los baldes del baño, pasando por clasificar la colección de pins de Rotaract cronológicamente, alfabéticamente, por año en que llegó a la colección, hasta desarmar nuestros rompecabezas de 1000 piezas -esos que teníamos pegados en la pared de la pieza- para armarlos de vuelta y ver si quedan mejor pegados ahora que ya lo hicimos una vez. En fin, TODO es más importante que agarrar los libros, como los siguientes puntos:

  • Te interesa más estudiar las otras materias. Sep, cuando uno está al borde del abismo con Financiera se le da esa necesidad intelectual de ver qué onda con los capítulos para el parcial de Costos que se rinde dentro de dos semanas. O de pispear los apuntes de Estadística del cuatrimestre pasado. O de completar el crucigrama de Historia del Siglo XIX y XX de segundo del polimodal. O leer los apuntes de tu prima sobre hacer hadas en porcelana fría.

  • La televisión de aire se vuelve sorprendentemente interesante. Desde el clásico de mirar Bailando por un Sueño a pesar de que no puedas digerir a ninguno de los personajes, o mirar CQC a pesar de no soportar el periodismo pedorro de los movileros, o hasta poner Paka Paka y ver cómo hace el gobierno para adoctrinar las masas con su televisión HD en su mejor estilo de “Voten al partido Cerebro de Babosa”. Y eso que a veces nos decimos: “¡Puaj! Ni loco miraría televisión de aire.” Bueno, parece que nos estamos contradiciendo.

  • Idem para la TV por cable, que tampoco se salva. Tenemos la suerte de engancharnos con el primer capítulo de esa serie de mierda que no miraríamos ni que nos estuviéramos muriendo de cáncer, y… ¡oh casualidad, nos llama la atención! Nos quedamos viendo un ratito de The good Wife o Brothers & Sisters a pesar de que quizás no entendamos una chota de lo que pasa. O nos colgamos mirando la flamante nueva La Ley y el Orden, Los Ángeles, haciendo como que nos interesa que el Dr. Octopus de Spiderman ahora sea policía.

  • Limpiamos. Si tuviéramos un contador de esos que te aumentan el numerito cuando apretás el botón, nos daríamos cuenta que nos dicen que limpiemos nuestro cuarto miles de veces en una semana… y se nos da por hacer caso recién cuando tenemos el librito con toda la data de valuación de bonos y acciones esperando para ser leído en el escritorio.

  • ¡Videojuegos! Nunca tenemos tiempo para darle bola a la Play… hasta que tenemos el día libre para dar un examen o un finde largo. Esto es algo que hago menos seguido por una cuestión de remordimiento. La última vez que agarré una consola de juegos fue antes de entrar a trabajar donde estoy ahora, porque estuve dos semanas parado en casa mandando solicitudes de empleo, básicamente. En fin, ya sea Final Fantasy X, Tetris, Angry Birds, Plants Vs. Zombies, Truco online, cualquier cosa, los games nos cuelgan y patean a un costado el cálculo de la producción procesada computable.

  • Nos obsesionamos con otras cosas. A mí me pasa seguido con cosas como el blog, cuentos dejados por la mitad o sin editar, juegos armados sin terminar que están desde hace años perdidos en mis discos pidiendo ser finalizados, patentados y lanzados al mercado (me gustan los juegos de mesa, ¿sabian?). A veces la cabeza me empieza a volar para cualquier lado y termino planificando cosas para el Club o poniéndome con el Corel a armar cartelitos de campañas de difusión que nunca terminan haciéndose, pero que esperan en la carpeta de proyectos con la esperanza de que algún día me agarre el ataque y haga alguna de todas las cosas que planeo.

  • La vida misma. Te estás por poner a estudiar (entiéndase “poner a estudiar” como el proceso de hacer todos los puntos anteriores como medio de motivación para agarrar los libros) y se te corta la luz. Tal como me está pasando en este preciso momento en el que tengo que estudiar cerca de cuatro capítulos –todavía no leídos- y aprender a hacer los ejercicios de práctica para arañar un mísero 4 en Financiera. Básicamente, eso.


Ahora voy a ver de ponerme con la parte práctica, que puedo pilotear haciéndola en Excel en la pc, siempre y cuando tenga batería. O ponerme a armar algún otro post, lo que suceda primero.

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